Ayer mismo hablaba con un conocido aficionado al buceo sobre
Cabo de Palos. Me comentaba (muy contento) que buceando en Diciembre había
visto muchísima vida y que simplemente con estarse quieto bastaba para ver cardúmenes
de peces y sentirse dentro de un documental viendo las interacciones entre las
distintas especies.
Lo que más le sorprendió fue cuando le dijeron que al estar
la zona protegida había tantísimos peces que habían salido de la zona de
reserva hacia las zonas donde sí se podía pescar. Esto es lo que se conoce como
"efecto reserva" y es uno de los más interesantes para los pescadores
de las zonas donde se realizan tareas de protección. Tal vez así se consiga un
mayor avance en la concienciación de la sociedad en la necesidad de crear
espacios protegidos en el mar que finalmente redundan en beneficio de todos.